El pasado 21 de junio recibimos la Fiambrera de Plata por parte del Ateneo de Córdoba. La persona encargada de recibir el premio y decir unas palabras fue el compañero Rafa Blázquez. Os dejamos el vídeo de este momento y sus palabras.
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Mil gracias al Ateneo de Córdoba por esta distinción, es un honor para nosotros y nosotras recibir este premio junto a personas tan admirables. Un premio que recojo yo, como podría haberlo recogido cualquiera de mis compañeros y compañeras de la Plataforma 15M STOP DESAHUCIOS de Córdoba.
Recuerdo hoy a vuestro compañero Antonio Perea en los años 70, yo era un niño, presentando en el Parque Cruz Conde el libro de poemas Grito del Pueblo, libro que aún guardo… un salón atiborrado de gente que añoraba libertad y esperanza envuelta en una nube impenetrable de Ducados y Celtas Cortos. Recuerdo también que hace 27 años, ya no tan niño pero aún muy joven, me invitasteis como miembro del Movimiento de Objeción de Conciencia a una mesa redonda que organizasteis en el Sector Sur sobre la OTAN, poco antes del referéndum… que perdimos… y ahora aquí estamos.
Nos han premiado varias veces en el último año y agradecemos los premios, pero no se nos suben a la cabeza, sino que nos dan más fuerza para seguir luchando, aunque haya quienes nos tilden malvadamente de “organización violenta” cosa que todo el mundo sabe que no somos.
No somos violentos, pero vamos a seguir luchando con total determinación contra la violencia del capital y quienes la amparan. De hecho ya estamos ganando porque hemos perdido el miedo. Hemos llorado mucho, cuando más cuando perdimos a nuestro compañero Fran, pero lloramos juntos y eso nos da fuerzas… no como la mayoría de familias amenazadas de desahucio, que lloran en soledad y eso las destruye poco a poco.
Tengo que decir a quienes sólo nos conocen por las acciones que hacemos en la calle, que lo gordo que estamos haciendo no es tan visible. Nuestras asambleas, casi semanales, no bajan de ochenta y tantas personas, afluencia de la que ninguna organización en Córdoba puede presumir. Hemos construido una estructura organizativa asamblearia muy operativa con comisiones de comunicación, economía, acciones, abogadas, grupos de afinidad y apoyo mutuo… un trabajo inmenso de personas que hace poco no podían casi ni hablar, pero que ahora no callan, porque han pasado de “mi problema” a “nuestro problema” y de la vergüenza y el miedo a la indignación.
Cada día mejoramos nuestra organización, lo último que hecho es poner en marcha un banco de alimentos autogestionado por las propias familias, que saben que cuentan poco para el poder, que saben que no cuentan nada para los que mandan en este país.
Vamos a ganar esta batalla, que nadie lo dude, da igual que en el parlamento diputados insensibles al dolor del pueblo nos tumben la Iniciativa Legislativa Popular contra los desahucios, da igual, porque de hecho ya estamos ganando. Tenemos vuestro apoyo, tenemos el apoyo del pueblo, y en Córdoba hemos conseguido lo que más nos preocupaba: que ninguna familia de la plataforma sea desahuciada.
Os agradecemos el premio, pero os pedimos que sigáis apoyándonos, que esto no ha hecho más que empezar. El barco se hunde y como en el Titanic, los privilegiados nos piden que nos quedemos calladitos en la bodega, mientras los de arriba arramblan con todo y acaparan los botes salvavidas.
No nos vamos a callar, no nos vamos a quedar en la bodega del Titanic, vamos a organizarnos y a luchar. El grito del pueblo, ese grito al que aludía vuestro compañero Antonio Perea o el hoy también premiado nuestro admirado Gervasio, el grito del pueblo en este país es hoy ¡sí, se puede!.
¡Sí, se puede!
